Las redes sociales son otra clara muestra de que las cosas descubiertas o generadas por el hombre no son buenas ni malas en sí mismas. El ser humano le da el carácter de bueno o malo a las cosas que toca o usa.

El fenómeno de las redes sociales se ha masificado a través de Facebook y Twitter y no sé si sus creadores tenían en mente tan diversos usos para su maravilloso invento.
En este sentido, me recuerdan un poco al descubrimiento de los usos de la dinamita. Cuando Alfred Nobel se dio cuenta del potencial de este material, pensó en los beneficios que podría traer en las tareas de la construcción, la minería, entre otros. Y pues sí, pero también se ha usado para desarrollar armas en contra de otros seres humanos, para pelear guerras que no tenían nada que ver con Alfred Nobel.
De la misma manera, hemos visto que a través de las redes se han fraguado tristes historias que terminan en miserables crímenes o en vidas sociales y personales destruidas, pero también hemos sido testigos de grandes iniciativas que han convocado a millones de personas alrededor de grandes causas.
Sin embargo, creo que las redes sociales apenas comienzan a mostrar su verdadero potencial, su gran capacidad para convocar y reunir personas alrededor de un hecho o un concepto.
En este sentido, habrá que esperar para ver si las sociedades aprovechan verdaderamente este fenómeno social o si dejan que se minimicé su gran potencial utilizándolo sólo como un repositorio de chismes y fotografías de fiestas que no promueven ninguna idea constructiva.
Debemos ser conscientes del verdadero alcance de las posibilidades comunicativas que traen las nuevas tecnologías. Estos avances no pueden quedarse en simples herramientas para saludar de vez en cuando a nuestros amigos, sino que deben evolucionar como verdaderos medios para transmitir ideas, conocimientos, cultura y causas que puedan beneficiar a las sociedades.

Deja tu Cacareo en este gallinero
Muchas gracias por tu Cacareo. Espero que te suscribas al blog y recibas mis publicaciones en tu e-mail.