Twitter política o la política de 140 caracteres

Yo no trino, creo que no podría aprenderme una clave más ni estar pendiente de más círculos sociales virtuales. Sin embargo, es imposible evadir la realidad de tantos trinos que nos llegan incluso a quienes no entramos en el mundo de Twitter.

Y como Twitter está en todas partes, no es para sorprenderse que el discurso político también se vea permeado por la popularidad de los trinos. Diariamente escuchamos en los medios de comunicación tradicionales, referencias a la dinámica política twittera y a las consecuencias que ha traído la misma.

Se escuchan voces a favor y en contra de esta práctica que cambió largos discursos por versiones comprimidas de 140 caracteres. Quienes aplauden esta práctica destacan que la política se hace más cercana y directa con el pueblo, quienes están en contra reprochan que no genera verdaderos debates ni ideas bien argumentadas sino puras opiniones que logran sólo dejar temas a medias y sin fondo.

En este sentido, mi observación es que nuevamente la atención no se debe centrar en el uso o no uso de las nuevas tecnologías sino en cómo se están usando.

Es imposible pensar que las esferas sociales no se vean influidas por las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación, pero también es exagerado decir, como anotó José Obdulio Gaviria en entrevista a La W, que estas tecnologías son las nuevas plazas públicas: “Ágora Twitter” para citar sus palabras exactas. Este absolutismo me parece atrevido e incorrecto porque concuerdo en que 140 caracteres son suficientes para generar incomodidades pero muy pocos para debatir la complicada realidad política colombiana.

El debate público no puede encerrarse en el trinar de la clase política y no pude pretender que sistemas como Twitter sean su único escenario. Desde lo que se puede percibir por fuera de los trinos, lo único que han logrado comentarios como los del Señor Alvaro Uribe, es levantar discusiones sin ningún fondo analítico ni argumentativo sino más bien llenas de indirectas y sarcasmos que no le hacen bien a ningún debate y lo único que logran es escalar los conflictos del país.

Así, creo que la población debe estar atenta y procurar verdadero debate acerca de los temas propuestos en las redes sociales como Twitter. Igualmente, la clase política debería entender estos espacios como herramientas y no como fines políticos para interferir en las iniciativas de debate que quiere poner sobre la mesa el pueblo colombiano.